A veces pasa que las enfermedades te hacen enfrentarte al hecho de saber quién está y quién no está contigo y esto va más o menos así:
Pasé casi dos meses enferma, me recuperaba y recaía pero nunca le di importancia, de pronto el viernes pasado ya no podía respirar, caminaba media cuadra y me cansaba, el sábado todo el día en cama y pasé el domingo con un jarabito... el lunes el doctor sólo dijo que era urgente internarme y así fue, 3 días en un hospital, picoteaday llena de medicina.
Estando en esa cama pensé "seguro que _________ va a venir, también ________ y _____ _____ _______ me van a llamar" y ups!! no fue así. Me encontré con un montón de gente que no le importo y que yo pense les importaba, lo único grato fue ver a mi pa ahí diario y que se quedara ahí a cuidarme toda la noche. También vi que la mami suegra en verdad me aprecia y yo la quiero un chingo por ser tan ley, mi familia (menos mi ma) un poco ausente pero al final ellos me cuidan, me consienten y lo más importante es que el tío se mochó con el hospital, están medio lelos pero no son tan malos.
En fin, esas vacaciones que aún no terminan me han demostrado que a veces me equivoco en darle tanto a la gente, me equivoco en romperme la madre por quienes no conozco bien, no me arrepiento de dar porque lo hago de corazón, de lo que me arrepiento es de creer en quienes no creen en mi.
Bueno, ya no estoy tan de la goma, la neumonía ya casi se va, la escuela puede esperar y mi cama ya pronto me vomitará.
Gracias mi amor por las rosas más hermosas que he tenido en mis manos.
